martes, 28 de abril de 2015

Bloque 3: "La hora del cuento"

Lectura de: ¡Julieta, estate quieta!


En esta actividad, Irune nos dijo que nos pusiéramos en grupos de 3 para realizar: una lectura de un libro, un cuentacuentos y una narración con libro. Después, debíamos exponérselo a nuestro grupo, realizar el feedback y cuando termináramos, rotar con los demás compañeros/as de la clase, sin que coincidieran las mismas estrategias.

Mi grupo (Samara y Yaiza) y yo, a la hora de elegir las estrategias, decidimos echarlo a suertes, puesto que Samara y yo queríamos hacer la narración con libro, porque desde mi punto de vista, es muy divertido ir apoyándose en las imágenes del libro mientras se va narrando la historia, con la opción de poder modificarla según la edad a la que va dirigido.

Al final, me tocó hacer la lectura. Al principio me pareció complicado, pues tenía que ir leyendo el libro a la vez que iba mirando a los niños (previamente me lo preparé en casa, para poder dirigirme a las personas que están escuchando la historia y no tener que estar mirando el libro todo el rato), y luego me di cuenta de que no era tan complicado como parecía, tiene su trabajo hacerlo, porque tienes que ver cuándo realizar las pausas, cuándo debes mirar a los niños, cuándo tienes que poner una entonación diferente, etc., pero a medida que lo iba trabajando, vi que no era tan difícil como pensaba, y finalmente me gustó mi estrategia, porque al final del libro puedes preguntarles si les ha gustado la historia, qué opinan sobre la historia, qué es lo que ellos harían en ese caso, etc.

El libro que escogí para leer fue: ¡Julieta, estate quieta! Esta elección se debe a que cuando fui a pedir a Irune el libro, le pedí consejo de qué libro podía coger para realizar mi lectura. Me ofreció el de ¡Julieta, estate quieta!, le eché un vistazo y sin pensármelo dos veces, me lo llevé.

Cuando estuve haciendo la preparación de mi lectura, lo primero que hice fue leerlo para mí, para saber cuál era la historia. A continuación, pensé en la edad en la que lo iba a preparar. La edad que escogí fue la de 4 años, porque nuestra protagonista es una niña inquieta y muy nerviosa, cómo podemos ver en esta página, en la que nos dice que en esta etapa, “el control progresivo del equilibrio y el dominio de los movimientos de su cuerpo, hacen que el niño disfrute corriendo, saltando, trepando, arrastrándose, girando, bailando, etc.” También en este otro artículo, podemos ver que los niños con 4 años, tienen:
  • Importante maduración psicomotriz, causa de una mayor agilidad y soltura de movimientos.
  • La necesidad de afirmarse y el continuo deseo de una satisfacción narcisista, chocan con el inmenso temor a sentirse aislado.
A la edad de los 2 años, los niños comienzan a tener rabietas. Normalmente suelen ser desde los 2 hasta los 5 años. Las rabietas suelen ir acompañadas de pataletas, por medio de ellas, expresan su enfado. Según este artículo, los niños utilizan las rabietas para llamar la atención de sus padres, como es el caso de nuestra protagonista, Julieta, que llama la atención de sus padres por medio de las rabietas: “¡Pues ya no me da la gana! Y desmadeja la lana. Y con un solo tirón, caen los muebles en montón.”

Después de realizar los pasos anteriores, comencé a prepararme la lectura. Estuve observando cuándo tenía que hacer parones, cuándo tenía que poner más énfasis en las palabras, cuándo tenía que cambiar mi entonación (aunque ésta fue una de las cosas que mis compañeras me dijeron que debía de trabajar más).
A continuación, preparé las preguntas que creía convenientes para hacer después de esta lectura:
  • ¿Os ha gustado el libro?
  • ¿Tenéis algún hermanito o hermanita?
  • ¿Qué haríais vosotros si fuerais Julieta?
Cuando se lo leí a mis compañeras:

      - Samara y Yaiza: me dijeron que tenía que cambiar mi entonación y no hacer pausas dónde no las hay. Samara me dijo que en cuanto a las preguntas, estaban bien formuladas, pero que podía añadir una más: “¿Creéis que Julieta lo está haciendo bien?”. Me parece una buena pregunta para hacérsela a los niños.

Al leérselo al segundo grupo (Sandra García y Lionel), intenté modificar aquellos aspectos en los que había fallado anteriormente, pero de nuevo, me dijeron que debía de poner más entonación a la hora de leerlo. Según mis compañeros, las pausas las hice correctamente.

Autoevaluación:

Como bien he dicho antes, me pareció al principio una actividad algo complicada, ya que a simple vista parecía algo fácil, pero es una estrategia que se debe trabajar mucho, sobre todo por la entonación y el hecho de que se debe de mirar a los niños/as o en este caso, a los compañeros. Me ha parecido una actividad muy interesante y, desde mi punto de vista, necesaria. Porque te das cuenta de los errores que cometes cuando lees o narras un libro o cuentas un cuento, ya que estos errores tú mismo no los puedes ver, sino que necesitas que otros te los digan.

En el primer grupo me sentí más cómoda y sobre todo, sin vergüenza. Con el segundo grupo, como son personas con las que no me suelo relacionar, estaba más vergonzosa y estuve un poco nerviosa a la hora de leerles el libro, es por eso por lo que no debí de hacer bien la entonación a la hora de leérselo al segundo grupo. Es cierto que no es lo mismo leérselo a personas de clase, que leérselo a niños de 4 años, por ejemplo, ya que los niños de cuatro años no te van a mirar igual que los de tu misma edad, aunque creo que esto también debería de corregirlo, pues nunca se sabe si me voy a volver a encontrar en un futuro en una situación como ésta.

Para finalizar, debo recalcar que me ha gustado mucho esta actividad, porque llevas a la práctica aquello que aprendes en clase de la profesora, viéndote en la situación y sabiendo si saldrás victorioso, y observando aquellos fallos que tienes, trabajándolos para un futuro.


Webgrafía:

jueves, 9 de abril de 2015

Adaptación del cuento folclórico: "La princesa y los siete bandoleros"

“La princesa y los siete caballeros de la Luz”

A continuación haré una breve introducción en la que os indicaré la edad en la que me he basado para hacer la adaptación del cuento folclórico: "La princesa y los siete bandoleros", contada en clase por nuestra profesora Irune.
Al final de la adaptación, explicaré el por qué he escogido esta edad y por qué he modificado algunas partes del cuento.

Edad elegida para la adaptación: 5 años.


Érase que se era, en un lugar muy lejano, un día al año sucedían cosas mágicas por la noche, durante la lluvia de estrellas.


Hubo un año que coincidió con el nacimiento de la princesa. Al nacer, una de las estrellas que cayó del cielo se acercó a verla, pero se acercó tanto que la princesa se la comió. El bebé quedó iluminado y brilló con tanta intensidad, que la reina murió. 

Pasaron los años, y la princesa Amalia, que era así cómo se llamaba nuestra protagonista, fue creciendo y su brillo iba siendo aun más fuerte. El rey la quería muchísimo, porque era muy buena con todos y se portaba muy bien.

Con el paso del tiempo, el rey conoció a una mujer del reino, y terminó casándose con ella. Era una mujer muy bella y muy buena, pero no hacía caso a la princesa porque no la quería mucho. Amalia fue creciendo y se convirtió en una joven muy guapa a la que todo el reino quería y adoraba. 

La madrastra, que tenía envidia de Amalia, llamó a un soldado del rey y le dijo que se llevara a la princesa al bosque y allí la abandonara. El soldado que la quería mucho, la llevó al bosque y le dijo que se buscara una cueva o un sitio donde vivir, porque su madrastra no quería que volviera nunca más al palacio. Amalia, que sentía miedo por volver, le dio las gracias y triste se metió en una de las cuevas. 

Cuando el soldado volvió a palacio sin Amalia, la madrastra le contó a su padre que la princesa había desaparecido. El rey buscó y buscó, pero no la encontró y la dio por perdida.

Pasaron los años, y la luz que tenía la princesa se fue apagando poco a poco, hasta quedarse sin ella. Era porque estaba muy triste y echaba de menos a su padre.

Más tarde, decidió que tenía que buscar una cueva calentita, porque por las noches pasaba mucho frío. Comenzó a andar y encontró una cueva que tenía una boca muy ancha, con un pasadizo muy estrecho y al final se veía una luz. 

Amalia se acercó y vio que había fuego encendido, al lado vio a un chico que estaba comiendo. 
El joven la preguntó: 

  • ¿Quién eres?

Y ella dijo:

  • Me he debido de dar un golpe en la cabeza y no me acuerdo de mi nombre. ¿Podrías darme algo de comer? 

La princesa, no quería decir su verdadero nombre, porque no sabía si aquel chico era bueno o malo. Se sentó con él y siguieron comiendo. 

Pasó una hora, y aparecieron 6 caballeros más, eran unos chicos muy fuertes, altos y guapos que llevaban unas herramientas hechas por ellos mismos, que usaban para buscar las estrellas que caían del cielo. 

El más joven y jefe del grupo se llamaba Hérato. Era el más listo y el que mandaba en el grupo. 
Amalia preguntó:

  • Y vosotros, ¿quiénes sois? 

Los hermanos respondieron:

  • Somos “los caballeros de la luz”. Recogemos todas las estrellas que caen en la lluvia de estrellas de cada año. Las guardamos para dárselas a aquellas personas, que no tienen dinero para comprar comida. Éstas estrellas son muy valiosas para el rey.

Hérato, le contó a Amalia que lo que hacían ellos, era el trabajo de sus padres y el que les habían enseñado. También le dijo que existía una lucha contra los soldados del rey, ya que éstas estrellas eran muy valiosas y el rey las buscaba esperando encontrar a su hija, la princesa perdida y a la que todos daban por muerta.
Hérato dijo:

  • Mis padres, en una de las luchas murieron, y nosotros, sus 7 hijos seguimos buscando las estrellas y somos perseguidos por los soldados del rey.

Después de contar la historia, le dijeron que eligiera si se quería quedar o si prefería irse. Si elegía quedarse, tenía que: o quedarse en la cueva cuidando de las estrellas que guardaban, o irse con ellos a buscar más estrellas. Amalia decidió quedarse con ellos, pues quería aprender a buscar estrellas.

Al principio, cómo no sabía buscar las estrellas, se quedaba en las cuevas. Cuando los caballeros volvían, si traían alguna herida, ella les curaba. En cuanto aprendió a buscar las estrellas, le gustó y se sentía que era una más, así que empezó a irse con ellos.

Según pasaba el tiempo, Amalia se llevaba muy bien con los hermanos, y cada vez le iba gustando más Hérato, el hermano pequeño.

Pasaron 5-6 años y ya era una chica mayor. Un día que se quedó en la cueva, volvieron solo 3 caballeros, porque a sus hermanos les habían cogido los soldados del rey.

Los tres que venían, venían heridos y muy preocupados por sus hermanos. Uno de ellos era Hérato.
En ese momento dijo Amalia: 

  • Coged un caballo y veniros conmigo, ¡vamos a salvar a nuestros hermanos!

Llegaron al palacio, ella se bajó del caballo y le dijo al soldado que estaba en la puerta, que quería ver al rey. El soldado le dijo:

  • ¿Quién eres tú?

Amalia contestó:

  • Soy su hija, Amalia.

El soldado veía algo en esa chica que le recordaba a la princesa, así que fue a hablar con el rey.
El rey dijo que su hija murió hace años, que no podía ser ella. Pero el soldado seguía diciendo que se parecía mucho a la princesa, así pues, el rey le dijo al soldado que les dejara entrar.

El rey la recibió cómo un rey, con sus ropas y desde su trono bien sentado. 
Amalia al verle, le dijo: 

  • Papá, soy Amalia.

Él contestó:

  • Mi hija murió hace muchos años.

Entonces Amalia, empezó a contarle cosas que solo sabían ellos dos, cosas que hacían juntos, y su cara comenzó a iluminarse, al igual que cuando era pequeña, porque la luz de la estrella que llevaba dentro, volvió a brillar, al ver a su padre de nuevo. Los 3 caballeros no se creían lo que estaban viendo, pues Amalia siempre había llevado una estrella con ella. 

El rey, contentísimo, empezó a llorar y se acercó, la abrazó y le preguntó:

  • ¿Por qué te fuiste?

Ella le contó todo lo que había pasado con su madrastra, entonces el rey le dijo:

  • ¿A quién tengo que dar las gracias por haber cuidado de ti?

Ella señaló a los caballeros, y le dijo:

  • Esta mañana tus soldados han cogido a sus hermanos, y quiero que los sueltes porque también han cuidado de mí.

El rey y su hija se pasaron toda la noche hablando, contando todo lo que había pasado y le dijo que estaba enamorada de Hérato, uno de los hermanos que tenía encerrado. 

Al día siguiente, el rey mandó a sus soldados que soltaran a los caballeros, con la condición de que fueran los caballeros del rey. Los hermanos, muy contentos aceptaron.

La princesa le dijo a su padre que quería una cosa más, casarse con Hérato. El rey, que estaba muy feliz de haber encontrado a su hija, le dijo que sí. 

Hérato y Amalia se casaron y fueron muy felices. Amalia se convirtió en la mejor reina que había existido y jamás perdió la luz que la iluminaba. 


Y colorín colorado ... este cuento se ha acabado.


Como bien he dicho al principio de la adaptación del cuento folclórico, la edad en la que me he basado ha sido 5 años, ya que a esta edad se cuenta con un vocabulario más rico, y se comienzan a interiorizar palabras que desconocen, ampliando su lenguaje. Es por lo que he elegido esta edad, y este vocabulario porque me parece una etapa imprescindible para que aprendan nuevas palabras y hagan que su vocabulario más infantil, llegue a otro nivel. Por esto es tan importante leer, contar historias, cuentos, etc. en el aula. (Más información)

Contarles un cuento sin imágenes de por medio, hace que la imaginación de los niños/as del aula aumente y se estimule, de tal forma que los niños de cinco años (en este caso) amplíen su capacidad de imaginar el cuento que se les está contando, llegando a imaginarse a ellos mismos (de más mayores) en ese contexto, y más tarde "jugando a ser" ese protagonista, ya que se encuentran en esa etapa evolutiva del juego. Para más información, podéis consultar este documento.

Cómo bien hemos podido ver en los apuntes de nuestra profesora de literatura infantil (Irune), en la etapa entre los 4 y los 6 años, los estereotipos que representan los personajes de los textos es fundamental para que el niño identifique el mensaje. Nos encontramos en lo que Karl Bühler llama "edad de los cuentos", en la que la fantasía es parte de la realidad

Respecto a las adaptaciones que he realizado:
  • He modificado al principio de la historia el lugar en el que se narra el cuento, ya que los niños de 5 años no saben lo que es Sierra Morena, ni lo que es una cordillera. Pienso que para su comprensión es más fácil que se imaginen ellos mismos el lugar, con un bosque, así potenciaremos más su imaginación.
  • He intentado quitar toda la violencia que el cuento real llevaba, porque como he mencionado anteriormente, los niños tienden a jugar a ser los personajes del cuento, y si existe violencia en alguna de las partes, lo escenificarán y se podrían hacer daño.
  • También he modificado los personajes, en vez de "bandoleros", que es una palabra que los niños de 5 años aun no comprenden, he usado la palabra "caballeros" que puede ser más utilizada, pues sale en muchos de los cuentos, historias, películas, series animadas, proyectos que puedan realizar en clase, como un proyecto sobre la edad media por ejemplo, etc. y pueden tener una imagen interiorizada de la palabra, para su fácil comprensión.
  • He quitado partes de la historia que creo que no pertenecían al esqueleto del cuento, para que la historia no se haga muy larga y se mantenga la atención de los niños. Como por ejemplo: "[...] La princesa estaba por allí, comía lo que encontraba, no sabía cazar pero consiguió hacerse una especie de lanza [...]"
  • He intentado darle un toque de magia, al principio de la historia he incluido que existía una noche al año en la que había lluvia de estrellas, y coincidió un año con el nacimiento de la princesa, y que ésta se comió una de las estrellas que fue a verla. A partir de ahí, cuento que los caballeros que más tarde encuentra nuestra protagonista, son "caballeros de la luz" que se encargan de buscar dichas estrellas.
  • También he suprimido la parte en la que cuenta Irune que los bandoleros "se dedicaban a robar el dinero de los ricos, parte se lo quedaban ellos y la otra parte se lo daban a la gente que lo necesitaba.", porque creo que en esta parte los niños pueden escenificarlo más tarde y pensar que robar está bien hecho, y en realidad no es así.
  • He modificado la parte en la que la madrastra le dice al soldado que "despeñe" a la princesa, porque como bien he dicho anteriormente, los niños más tarde van a jugar a ser los personajes del cuento. Y lo que he puesto es que la madrastra le pide al soldado del rey que lleve a la princesa al bosque, para que allí "se pierda".
  • Por último, y creo que no me dejo nada, he dejado el esqueleto de la historia: la huida de la protagonista, el recorrido que va llevando a lo largo de la historia, cuando se encuentra con los personajes que ayudan a la princesa (protagonista del cuento), y por último, el desenlace con el final feliz, ya que hay que respetarlo.

Webgrafía:

http://www.educacion.navarra.es/documents/27590/51352/BLOQUE+II+ETAPAS+DESARROLLO+EVOLUTIVO+(3-6+A%C3%91OS).pdf/cfc0c0a1-4ac1-4737-b257-f50c60aebc68
- Grabación del cuento: "La princesa y los siete bandoleros" contada en clase por nuestra profesora Irune.
- Apuntes de clase hechos por nuestra profesora Irune.